Cada negocio necesita un plan de acción que defina como debe manejar situaciones particulares o cuál va a ser su enfoque empresarial. La elección de las estrategias adecuadas son parte fundamental de ese plan, el cual determina qué tan bien funciona una empresa. Las estrategias de negocios pueden ser reactivas o proactivas.
Estrategias de negocios reactivas y proactivas
Las estrategias reactivas son aquellas que implementa el negocio después de ocurridos los hechos. Este enfoque depende totalmente del evento o imprevisto y solo puede desarrollarse después de la situación conflictiva; la reactividad ahorra recursos y tiempo de preparación. Las auditorias y evaluaciones son ejemplos de una estrategia reactiva. La mayor desventaja de este tipo de estrategia es la dificultad para prever nuevos riesgos o problemas si no han sido experimentados antes.
Por otra parte, las estrategias proactivas son aquellas que utiliza la empresa para anticiparse a futuras exigencias o posibles desafíos. Esta modalidad se centra en la planificación y la investigación, ello permite delimitar objetivos concretos. Sin embargo, cuando se hace demasiado énfasis en lo proactivo se pueden desperdiciar recursos y tiempo tratando de anticipar situaciones que nunca ocurren.
En épocas festivas como las navidades puede convenir ser proactivo, mientras que en otras temporadas es ideal ahorrar y esperar los acontecimientos. Al final no hay una única fórmula ganadora para tu negocio, todo se trata de saber adaptarse y escoger las estrategias más adecuadas para cada situación. En Prosomnio apostamos por la versatilidad; creemos que una combinación de ambos enfoques te ofrece lo mejor de los dos mundos. ¿Y a ti que te parece? ¿Cuál estrategia prefieres?